En esta época pareciera que ser un emprendedor es muy glamoroso. Las
historias de grandes victorias circulan muy rápido por todas la
comunidades de startups. Los emprendedores exitosos se ven como los
Beatles cuando daban sus conciertos… y sí, es maravilloso.

La verdad, muchas partes de ser emprendedor apestan. En algunos
casos, trabajas más horas de las que crees, trabajas gratis (hasta que
ganes algo de dinero) y los altos y bajos son la montaña rusa más
intensa. Las ganancias son pocas y variadas, por lo mismo el 90 por
ciento de las startups fracasa.
Dicho eso, ¿por qué lo hacemos? La respuesta es muy subjetiva. Aun así,
siendo un emprendedor y el fundador de una comunidad de emprendedores
he notado algunas razones similares:
Pasión. Si estás iniciando tu negocio para ganar
dinero rápido, estás en el lugar equivocado. En mi opinión, es más
probable que lo hagas si empacas y te vas a Las Vegas. La característica
más común para los que quieren ser emprendedores es la pasión. Si no
estás ganando dinero necesitas pasión para poder sobrevivir esas noches
sin sueño.
Debes querer resolver un problema en el que de verdad creas. Para
convertir una idea en una realidad también debes tener un buen equipo a
tu alrededor al que inspires para llegar a tu meta. En las primeras
etapas, la misión es más importante que el negocio.
Emoción. Un dicho común en el mundo de las startups
dice “Ayer fue el mejor día de mi vida y hoy es el peor”. Sin importar
qué tan doloroso sea el viaje y cuántas noches sin sueño tengamos, la
vida de una startup es emocionante.
Los emprendedores más exitosos, en mi opinión, son los que más
apuestan. Debes estar dispuesto a sentarte en la mesa de blackjack más
cara del mundo y arriesgarte a apostarlo todo y jugar una y otra vez sin
importar el resultado.
Sólo se vive una vez. Si trabajas para alguien más y
tienes un trabajo aburrido por favor no sigas leyendo esto. ¡Sólo se
vive una vez! Por mi parte quiero crear un impacto en el mundo. Sí,
puedes hacer esto mientras trabajas con y para alguien, pero algunos de
nosotros necesitamos tener el control de nuestro propio destino.
Estamos locos. Esto no es un secreto. Muchos de
nosotros estamos locos, tenemos que estarlo. Hacemos cosas que en la
mayoría de los casos no son muy convencionales.
Fuimos criados en un mundo en el que asistimos a la escuela, nos
convertimos en abogados, nos casamos, tenemos dos hijos y una casa. No
saltábamos de junta en junta con una presentación tratando de juntar
dinero antes de que no pudiéramos pagar los salarios. Para el mundo
normal estamos locos. Si tenemos suerte, todos se volverán locos y
construiremos cosas juntos.
Cambio. Muchos emprendedores ven un problema y quieren resolverlo.
Pasamos por un negocio o usamos un servicio y automáticamente
comenzamos a pensar cómo podemos mejorar todo. No somos los pasajeros de
atrás, sino que realmente hacemos algo si vemos que las cosas pueden
mejorar.
Esto quiere decir que no nos da miedo el cambio, lo aceptamos al
encontrar la forma más productiva para participar. Entre más podamos
cambiar algo y mejorarlo, más oportunidades tendremos.
Relaciones importantes. Siempre digo que la vida es
una serie de relaciones llenas de significado. El tipo de relaciones que
nos sacan adelante en una dirección positiva. Los negocios son una gran
parte de esto.
En mi experiencia, aquellos que operan para beneficiarse a ellos mismos llevan una vida vacía. El dinero no puede comprar la felicidad. Yo busco a gente positiva para trabajar y crear más valor para los clientes.
Mi negocio es mi vida y me gusta. Para mí, ser emprendedor me define.
Opero mi negocio como opero la mayoría de las cosas en mi vida. ¿Tengo
todas las respetas? ¡Claro que no! ¿Me divertiré y ganaré dinero
tratando de descubrirlas? ¡Claro que sí!
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