Foto: El dispositivo de pago de Poynt
tiene dos pantallas, una para los clientes (la que se muestra en la
foto) y otra para el comerciante.
El año pasado, el que era entonces director de Google Wallet, Osama Bedier, decidió que estaba en el bando equivocado del negocio de los pagos.
La nueva empresa de Bedier, Poynt,
tiene un nuevo tipo de terminal para tarjetas de crédito. Su elegante
dispositivo con pantalla táctil cuesta 299 dólares (unos 233 euros) y
acepta tarjetas con chips incrustados, que pronto serán de uso
generalizado en Estados Unidos, además de pagos digitales, y en él se
pueden ejecutar aplicaciones para programas de fidelización o análisis
de ventas, por ejemplo. Poynt desveló el dispositivo el miércoles pasado
y tiene previsto distribuirlo en los comercios a principios de 2015.
La aplicación de pago digital de Google, Google Wallet, ofrece a los
consumidores una serie de funciones relacionadas con los pagos, entre
ellas una forma rápida de pagar en las tiendas mediante el contacto de
un teléfono con un chip NFC, siglas en inglés de comunicación de campo
cercano. Aunque la adopción de Google Wallet ha sido lenta, la
tecnología NFC está ganando popularidad y es probable que se generalice
su uso con la introducción de un sistema parecido de Apple, llamado
Apple Pay (ver "Apple Pay podría destronar definitivamente a las billeteras").
Mientras, las principales empresas de tarjetas de crédito
estadounidenses están obligando a los comercios a aceptar un tipo de
tarjeta más segura, que desecha la familiar banda magnética en favor de
un chip que usa una serie única de números para cada transacción (un
estándar conocido como EMV, siglas de "Europay, Mastercard y Visa", por
las empresas que respaldaron la tecnología en un principio).
Este cambio, que ya se ha dado en otras partes del mundo y que tiene
como objetivo impedir los fallos de seguridad que se han dado en grandes
comercios como Target, Neiman Marcus y Home Depot, significa que, para
octubre de 2015, los comerciantes estadounidenses tendrán que poner al
día millones de terminales de venta para que admitan las nuevas tarjetas
o tendrán que hacerse responsables de cualquier transacción
fraudulenta.
Bedier, antiguo ejecutivo de PayPal que llegó a Google en 2011, vio
una oportunidad para trasladar su interés de los aparatos que podemos
usar para hacer pagos, a los que se usan para manejar las transacciones:
terminales de punto de venta y cajas registradoras.
"Por muy importante que sea el valor, no puedes obligar a la gente a
instalar una nueva tecnología sólo porque sea 'agradable de tener'",
afirma Bedier. "La gente sólo cambia la tecnología cuando no les queda
más remedio".
El terminal de Poynt está dominado por dos pantallas táctiles que se
encuentran en un ángulo. Una de ellas tiene 7 pulgadas y es la que usará
el dependiente para hacer la cuenta, y la otra tiene 4,3 pulgadas, mira
en dirección contraria y es la que ve el cliente para comprobar los
detalles de la transacción y aprobarla. El vértice superior del
dispositivo aloja una ranura para introducir una tarjeta, y lleva
incorporada una impresora que saca el papel por una abertura que hay
debajo de la pantalla del cliente.
Bedier explica que el dispositivo de Poynt está hecho para aceptar
todo tipo de pagos que pudieran popularizarse en los próximos años.
Acepta pagos vía NFC (usados por servicios como Google Wallet y el nuevo
Apple Pay de Apple) y códigos QR. También incluye Bluetooth.
Bedier me demostró cómo funciona durante una entrevista a través de
una llamada de vídeo por Skype. El terminal de Poynt que usó ponía
"Bienvenido a la Panadería de la Calle Principal" en la pantalla del
cliente y mostraba distintas opciones de pago. Los comercios pueden usar
la pantalla para exhibir anuncios u ofertas en la tienda cuando no se
está usando para hacer pagos, explica Bedier.
Bedier llamó a un compañero y le pidió que hiciera una compra usando
Apple Pay en un iPhone: Bedier tecleó el importe debido y el compañero
tocó el terminal con su iPhone al tiempo que colocaba el dedo para
validar su identidad sobre el botón de inicio del teléfono, que en los
nuevos modelos también es un lector de huellas digitales.
La terminal de Poynt pesa alrededor de medio kilo y contiene un módem
inalámbrico y una batería recargable que dura ocho horas, lo que
significa que se podría llevar por una tienda o un restaurante si
hiciese falta. Viene con tres aplicaciones, entre ellas una de caja
registradora y otra que permite a los comercios investigar datos sobre
sus ventas, por ejemplo qué se vende mejor y qué peor.
Además de convencer a los comerciantes de pagar los 299 dólares por
el dispositivo (Bedier afirma que es lo que pagarían por un nuevo
terminal en cualquier caso), Poynt tendrá que despertar interés entre
los desarrolladores. Bedier explica que la empresa no ganará dinero con
las ventas del dispositivo, ni quedándose un porcentaje de las
comisiones por venta. Su intención es conseguir una parte de los
ingresos de las aplicaciones que se ejecuten en el dispositivo.
Esto significa que Poynt depende principalmente del éxito de las
aplicaciones de desarrolladores para sobrevivir. El miércoles demostró
los pasos que ya había dado para reunir a desarrolladores y citó a seis
socios comerciales, entre los que estaban Inuit, Vend y Kabbage, y lanzó
un kit de desarrollo de software con la esperanza de atraer a otros
desarrolladores.
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