Lo comentaba ayer por Google+ (ES), y lo traslado, explayándome (que para eso tengo un blog), en el artículo de hoy.
Llevo dos días probando Inbox (ES) de Google, la enésima vuelta de tuerca sobre clientes de correo, y sigo con un sabor agridulce en la boca. No porque el producto sea malo, que no lo es. Ni porque no ofrezca mucho, que de hecho ofrece, sino porque me da la impresión de estar perdiendo el control en un canal que precisamente me ofrecía eso como valor diferencial al ruido del resto de canales.
Me pongo a navegar por la red buscando “bichos raros” como un servidor y llego al blog de José Alcántara (ES), que se me ha adelantado hace unas horas (¡Maldito!) traduciendo un extracto del análisis de producto que hacen porComputerWorld (EN). Y como sabe que le quiero en el alma y que tampoco cree en el canon AEDE se lo copio cual vil ladrón digital:
La fundamental es que representa una intermediación más radical en la comunicación que mantienes con otras personas y con las empresas que te proveen bienes, servicios y contenido.El lado positivo de esto es que incorpora más potencia e inteligencia a la bandeja de entrada de tu correo.El negativo es que sustituye algo controlado por el usuario, predecible, claro, y lineal, llevándose el control fuera del usuario, convirtiendo el correo electrónico en impredecible, difuso, y no lineal.Que los usuarios juzguen ésta o cualquier alternativa reintermediadora futura al correo electrónico y las etiqueten como buenas o malas es irrelevante.El hecho es que Google, y las empresas como Google, odian las cosas desintermediadas.El motivo es que Google está en el negocio de los algoritmos, usar las señales del usuario para adaptar y personalizar la experiencia online y los anuncios que se muestran como resultado de esas señales.Google existe para intermediar lo desintermediado. Eso es lo que hace. Eso es lo que hace su buscador: intermedia nuestra relación con Internet. Ése es el motivo por el que Google mató Google Reader, por ejemplo. Suscribirse a un feed RSS y tener un lector de RSS que envíe el 100% de lo que el usuario pidió de forma ordenada, lineal, predecible y fiable es un negocio en el que Google no tiene interés.
Creo que en estos párrafos se resume casi al completo lo que pensaba lanzar por aquí, por lo que no me queda más remedio que aplaudir.
Entiendo que para el usuario medio, Inbox, además de molón (porque todo lo material design, como nuevo que es, lo es), ofrece una inteligencia que se agradece. Un “sin que yo haga nada” me ordene todo y de sentido a esa burrada de basura que recibo al día. La vagancia del usuario a cambio del control de lo que consume.
Pero oye, que hay usuarios como un servidor que quizás por una enfermiza obsesión (esto seguramente daría para unos cuantos artículos :D) tendemos a categorizar sistemáticamente cada correo cuya tarea ya hemos completado, de manera que en la bandeja de entrada apenas deberían quedar unos pocos pendientes.
Y ahí, señor mío, no acaba de encajarme la figura de Inbox. Y no me encaja porque Google sigue pesadito con redistribuirme el correo según criterios genéricos (este email es de Viajes, este es de Promociones, este esSocial,…), que para colmo en Inbox ocupan un espacio destacado (en GMail al menos por ahora puedo ocultarlos). Y no me encaja porque no necesito que nadie me ordene una estantería que ya tenía yo bien ordenada.
¿Hay puntos positivos? Pues claro. Ahí quedan los recordatorios (quizás lo que más me ha gustado), no con el fin que seguramente hayan sido diseñados (ocultar un email y que nos llegue en el momento adecuado para no estresarnos ahora), sino por su modo recordatorio, una bandeja aparte que funcionaría como los archivados de siempre, sin que por ello se eliminen de la bandeja de entrada (quiero seguir viéndolos en mi día a día), pero para esas tareas (al menos en mi caso) que me van a llevar varias jornadas. También el propio diseño, más limpio, y que me permite centrarme en lo que estoy haciendo sin que el rabillo del ojo se me vaya continuamente a los grupos de hangouts, o incluso (aunque su uso seguramente sea discutible) las recomendaciones de posibles contactos con los que más me comunico que aparecen cuando voy a darle al botón de redactar nuevo email.
Pero quitando esto, la sensación general es de pérdida de control, y eso no me gusta. Creo que al final acaba por salir caro. Y entiendo que a Google sí le guste, puesto que Google vive de la intermediación. De hacer las cosas lineales y complejas, inteligentes y sencillas, sin pedir permiso al usuario. Sin que este se entere.
Seguiré igualmente dándole una segunda oportunidad (he desactivado notificaciones de GMail en el móvil en favor de Inbox, e incluso me he instalado esta extensión no oficial (EN) en Chrome que funcionará según el desarrollador hasta que Google se digne a sacar la oficial), por eso de que quizás el problema sea mío y me niegue a adaptar mi metodología de trabajo a nuevas propuestas, pero por ahora esta es mi impresión
Me parece una buena iniciativa, pero no me gusta que me quiten el trabajo. Al menos no en estos derroteros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario