MARKETING ONLINE: 10 pasos para saber si estás preparado en Social Media

¿Te pasas todo el día leyendo información sobre Social Media pero todavía no te sientes preparado para lanzarte? ¿No estás seguro de cómo hacer las cosas o cómo poner en práctica toda esos contenidos que has ido recogiendo?

Si no sabes cuál de todas las presentaciones o plantillas que has encontrado por Internet puede ser la mejor para tu negocio, o sientes inseguridades y miedos cuando tienes que enfrentarte a la realidad, a continuación te dejo 10 pasos que te ayudarán a descubirir cómo empezar.

¿Cosumes contenidos o te consumen los contenidos?

Quizá te pase como a mucha gente cuando descubre los Social Media, que empieza a leer información, a consultar fuentes, a intentar saber cómo se hacen todas las cosas… Te gustan diferentes blogs, diferentes páginas web, diferentes modelos que poner en marcha y no sabes decidirte, haces híbridos (sobre todo en tu cabeza) que no sabes cómo casar. En definitiva, ves gran cantidad de oportunidades pero no sabes por cuál decantarte, no sabes cómo dar el primer paso hacia la búsqueda de tu oportunidad.

Los Social Media empiezan por ti y por lo que quieras hacer, no por la cantidad de información que leas

Esto que te ocurre a ti no es otra cosa que la típica infoxicación. Y eso no te va a ayudar a encontrar la fórmula mágica online a un clic. Entre otras cosas porque leer de todo no te va a ayudar a enfocar nada. Cada uno hemos generado contenidos a partir de nuestros motivos. Hemos entrado en los medios sociales por razones que no tienen que coincidir necesariamente con las de los demás: tenemos una formación diferente, unos modos de trabajar diferentes, unas exigencias diferentes, una experiencia o una práctica que pasa por distintas fases…

Empecemos, pues, con las 10 pautas que te podrán ayudar a realizar pequeños pasos para tener el hábito de hacer, de empezar.

# 1. Deja de ser un coleccionista: lee pero define y practica

Sólo de esta manera vas a aprender; sin digerir la información, te vas a empachar. Está muy bien informarse para estar al día, pero muchas veces eso tiene el peligro de que caes en el círculo vicioso de no poder parar de buscar la información más óptima, la que te lo explique todo de un modo más claro, la mejor. Esto lo único que está haciendo es que acabes siendo un coleccionista de información. Y en realidad estás optando por lo más fácil: dar al clic en una entrada de Google, a un enlace, una descarga de un eBook… Así que es mejor que no busques más información de la que puedes absorber. Ir a por todo puede hacer que no consigas nada.

# 2. Define qué quieres conseguir

Olvídate de los demás. Céntrate en ti. Coge lápiz y papel y escribe tu historia: qué camino te ha llevado a los Social Media y por qué crees que estás ahí. ¿Cuáles son tus intereses? ¿Qué te gusta? ¿Se te da bien y te resulta fácil? ¿Cómo quieres trabajar en relación a cómo eres?

# 3. Cómo piensas lograr aquello que quieres conseguir

Haz un listado de ideas, acciones, recursos que va a necesitar tu proyecto, pero también personas que pueden orientarte (cliente al que te vas a dirigir, qué le vas a proponer, qué canales vas a utilizar y cómo…). Establece prioridades, fases y organiza qué acciones son relevantes para este inicio.

Ten en cuenta desde el principio de dónde vas a sacar ingresos y cuánto estimas que van a ser, así como también cuánto vas a gastar en montarlo todo. Si no piensas en dinero andarás siempre pidiendo ayuda a los demás, y eso no es un buen negocio. Invierte en tu proyecto porque si no, no esperes que la gente invierta en ti después.

Si todo lo queremos gratis, ¿por qué te van a pagar a ti tus servicios?

No te quejes de que en Social Media no se gana dinero si eres de los que lo quieres todo gratis. Si quieres vivir de los Social Media empieza a valorar tú primero tu trabajo, que es tu esfuerzo. En este post lo entenderás mejor.

# 4. Rodéate de la gente adecuada

Si no te sientes seguro o piensas que es un disparate lo que haces, rodéate de gente cercana que te ayude; pero escoge bien, pues si le cuentas tus planes a un pesimista, te los tirará por tierra, y si se los cuentas a un optimista, todo le parecerá perfecto. Piensa que, a veces, no necesitas más ideas, sino llevar a la práctica unas pocas de las que ya tienes.

# 5. Utiliza técnicas visuales para extraer lo que sabes

Los mapas mentales son herramientas muy útiles. Verás, si no medimos lo que aprendemos perdemos el hilo de lo que sabemos, de lo que no sabemos y de lo que no sabemos que sabemos. Si llevas tiempo consultando contenidos, no te creas que sabes poco. Sabes mucho más de lo que te crees, pero sólo haciendo tu mapa visual de estos tres puntos tendrás una hoja de ruta de por dónde seguir. También te aconsejaría que contestases a dos preguntas:

¿Qué temáticas escogerías si sólo pudiesen ser dos?
¿Con qué dos temáticas te sientes cómodo y ves que puedes aportar?

# 6. Mide tu nivel de aprendizaje

Cuando lleves mucho tiempo leyendo verás que esos contenidos sólo te aportan matices, y cada vez te cuesta más encontrar artículos con mayor información. Esto, sumado a no poner en práctica nada de lo que lees, hace que tu mente se acostumbre a “lo fácil”, a lo que en realidad menos cuesta: a leer.

Pero lo que cuesta es decidir y esforzarse. Eso tiene la contrapartida de que genera un sentimiento de angustia porque sabes que no vas a llegar a todo, y te sientes desbordado por lo que todavía te falta por consultar y hace que cada día que pasa te veas menos preparado para lanzarte. Con ello no estoy diciendo que “menosprecies” o dejes de valorar la información que te va cayendo y la califiques de “floja”; al contrario, tómalo como que ya has pasado por esa fase y que es hora de ponerse manos a la obra. ¿Por qué? Porque sólo así sabrás lo que verdaderamente te falta. En cuanto te pongas manos a la obra te van a surgir otras muchas dudas que no habías podido tener en cuenta porque no sabías que las tenías (y por tanto no las podías buscar).

# 7. Decide tú lo que necesitas, no te dejes llevar

No te dejes llevar por enlaces prometedores o títulos que hacen referencia a otras temáticas. Sé consciente cuando estás leyendo información que no te toca. Hazte un plan de lectura con términos de los que quieres leer información. Ve poco a poco. No tengas prisa en avanzar porque de nada sirve leer mucho si no se digiere. Si te lo apuntas verás cómo vas pasando de información más genérica a más concreta, y ése es otro modo de medir tu aprendizaje.

# 8. Si sientes que te concentras más con un libro, no te preocupes, no por eso eres menos “moderno”

Los libros han trabajado de otro modo los contenidos, es decir, la edición aporta un trabajo en la lectura que hace que te concentres mejor. Además, no tienes elementos como los enlaces para distraerte. Sientes menos presión en ese sentido y tu concentración aumenta.

# 9. Enfoca tus intereses y tus contactos

Si vas a todas las temáticas de Social media te vas a hacer un lío. Parte de una y ve ampliando. De ese modo vas a poder ver el grado de dependencia entre esas temáticas y a partir de ahí seguir ampliando. También podrás ir haciendo relaciones con gente del mundillo de un modo alineado a lo que quieres conseguir. Esto también te ayudará a decidir a qué eventos ir, con quién relacionarte, colaborar…

#10. Planifica tu tiempo y tus tareas

Sé consciente del tiempo. Dicen que la ilusión puede con todo, pero la ilusión no va a hacer que el día tenga más de 24 horas. Mira el tiempo del que puedes disponer, hasta dónde estás dispuesto a llegar y qué ayuda necesitas si no llegas a todo: subcontrata servicios. Ésa es una manera de ganar tiempo. La planificación te hará ver si la consecución de acciones tiene sentido o no con lo que quieres lograr. También te ayudará a no genrarte estrés porque tienes un montón de tareas por hacer. Ten en cuenta que nuestro trabajo tiene mucho de multitareas, y eso hace que tengamos que invertir tiempo en cambiar de actividad por un corto espacio de tiempo, y nos desconcentremos con facilidad con tanto aviso, mensajes… Hazte un plan para las urgencias, pues éstas llegan antes de lo esperado y sin avisar.